Las últimas semanas han sido especialmente tensas en la esfera internacional. Corea del Norte, de la mano de su presidente Kim Jong-un, ha iniciado un "órdago" contra Corea del Sur y Estados
Unidos, amenazándolos con un inminente ataque militar que incluso intentaría alcanzar objetivos tan mediáticos como la Casa Blanca o el Capitolio de Washington DC. Aunque en diversos ámbitos se ha
querido rebajar tensión a ese tipo de afirmaciones, la realidad es que se han concretado movimientos militares en previsión de que algún tipo de amenaza se concretase, para intentar estar alerta ante
el posible inicio de hostilidades.
El régimen de Corea del Norte, una dictadura comunista a la antigua usanza que parece velar muy poco o nada por los intereses de sus ciudadanos, lleva ya unos años intentando propiciar situaciones
nada pacíficas con otros países. Por cambiar su actitud consiguió fondos internacionales para paliar la hambruna que recorría el país y por evitar sus pretensiones de obtener armas nucleares otros
acuerdos que le fueron positivos.
Ahora parece ser que vuelven a trabajar en las instalaciones de la planta nuclear de Yong byon, inicialmente construida para producir energía eléctrica. Misiles de largo alcance con capacidad de
varios miles de kilómetros ya los tienen y la consecución de armas nucleares en cantidad suficiente podía ser un peligro internacional, máxime cuando el gobierno de Pyongyang no se muestra para nada
"amigable" ni con sus vecinos del sur ni con Estados Unidos.
En todo caso, aunque la situación pueda parecer alarmante, lo más sensato es buscar canales de conciliación que lleven a rebajar tensiones y a auspiciar entendimiento y colaboración mutua. Así lo han manifestado tanto China como Rusia, naciones que mantienen relaciones abiertas con Corea del Norte. La capacidad militar de esta última puede parecer obsoleta desde el punto de vista tecnológico, pero es real. La situación internacional, con varios frentes abiertos donde siguen las hostilidades, no aconseja más problemas y en ello tienen que trabajar todos los interesados.
Octavio Díez Camara
GEO son unas siglas perfectamente conocidas por la mayoría de los españoles y por distintos ámbitos de la esfera policial y militar internacional. Quienes forman parte del Grupo Especial de Operaciones del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) son centenar y medio de agentes muy especializados y con una alta motivación. A ellos les corresponde ejecutar detenciones de alto riesgo, la captura de narcotraficantes, la neutralización de terroristas o, entre otros muchos cometidos, la protección de determinadas personalidades en el transcurso de eventos de especial magnitud o en situaciones de marcada complejidad.
Han sido treinta y cinco años de un trabajo intenso y exigente, en el que han participado los varios cientos de policías que en un momento u otro de su vida han formado parte del GEO. En ese
esfuerzo, que ha requerido en varias ocasiones el uso de sus armas contra quienes intentaban detener, han tenido cinco bajas, el último el inspector Javier Torronteras en 2004 y el resto en
accidentes relacionados con sus servicios y dispositivos.
Sería largísimo enumerar lo que es su dilatado historial y para conocer más aconsejamos a los lectores de SOLDIERS-Raids que se repasen los dos monográficos que hemos realizado de ellos con ocasión
de su veinte y veinticinco aniversario. Son, respectivamente, los números 40 de enero de 1999 y 91 de abril de 2003. También han sido objeto de diversos reportajes específicos que hemos ido
incluyendo en estas páginas.
En la actualidad, han centrado el devenir de su actividad más intensa en la lucha contra la delincuencia organizada y los grupos mafiosos. El terrorismo de ETA y GRAPO, clásicos durante muchos años
en nuestro entorno, ha cesado en lo que es su actividad ofensiva y se concretan ya pocas actuaciones específicamente relacionadas con ellos. Cobra ahora más fuerza otro terrorismo, el integrista
islámico
El buceo es una técnica de movimiento bajo el agua que es especialmente exigente. Más aún lo es cuando quienes la desarrollan son militares y tienen que cumplimentar tareas bajo el agua que van
desde recuperaciones a voladuras controladas. Quienes trabajan dentro de este último ámbito suelen ser núcleos pequeños y, desde el punto de vista técnico profesional, muy preparados.
En estas páginas les vamos a presentar lo que es el Grupo de Buceo y Salvamento de la Armada de la República Oriental del Uruguay, conocido genéricamente por las siglas GRUBU.
Defensa, conocido como HOMSEC. Fue entre los días 12 y 15 del pasado marzo, y se desarrolló en el Pabellón nº 7 que el Instituto Ferial de Madrid (IFEMA) tiene en la zona de El Campo de las
Naciones, en las cercanías del Aeropuerto de Barajas. Como era de prever, la afluencia de visitantes profesionales fue notable porque pese a la crisis hay una porción de negocio abierta y las
empresas lo saben, apostando con nuevos productos para conseguir todas aquellas oportunidades de negocio que se les puedan presentar.
El evento HOMSEC tiene carácter bianual y es el escenario en el cual la Industria de Defensa de España se muestra al exterior, poniendo en contacto a quienes son capaces de proporcionar tanto
productos como servicios y aquellos que pueden requerir de ellos. Su organizador es el Grupo Atenea, "un think-tank de Seguridad y Defensa formado por profesionales de reconocido prestigio en la
empresa privada, la Universidad, las Fuerzas Armadas y la Administración, cuyo objetivo es crear un laboratorio de pensamiento que sirva de referente a instituciones y a la sociedad civil", como
ellos mismos se definen.
La lucha entre la coraza y el proyectil no es nada nueva pero sigue vigente. Ha sido relevante a la hora de acometer el diseño y concepción del sistema de armas que les presentamos en estas
páginas.
Hace unos años, las tropas hebreas, país que mantiene una posición de beligerancia con sus vecinos -ellos le llaman supervivencia- que les lleva a tener continuos enfrentamientos militares con ellos,
se vieron sorprendidas por el uso de novedosos sistemas de misiles soviéticos contra sus blindados. Los manejaban facciones guerrilleras y su uso permitió neutralizar a algunos carros y medios
blindados modernos.
Aquella experiencia, y otras más que se han ido concretando en las últimas décadas, han llevado al Ejército de Israel a adquirir una serie de vehículos de combate de Infantería (VCI) que rompen
bastante con el esquema introducido en otros países. Ellos, han ido un poco más allá que otros y se han movido desde el uso generalizado del concepto "battle taxi", los ingenios de cadena tipo M-113
pensados para el transporte de tropas en escenarios donde la amenaza fuese limitada que aún siguen usando por millares, a conceptos en los que se aprovecha todo el potencial que puede aportar la
barcaza de un carro de combate
Heckler & Koch es una firma germana que lidera, ya desde hace muchas décadas, el entorno de los subfusiles. Su gama MP5 –machinepistole 5- la han vendido a numerosos países y sigue siendo el
referente entre las armas que emplean numerosas unidades de élite centradas en temas de asalto policial, tanto que para reemplazar modelos antiguos varias de ellas lo que han hecho es volver a
comprarlos nuevos. No obstante, se está introduciendo en ese entorno concreto, y también en el militar, una nueva opción. Se trata del fusil de asalto compacto, que combina tamaño, portabilidad y
notable potencia de fuego, algo excesiva por la penetración de los cartujos del 5,56x45 milímetros que muchos usan en entornos urbanos (CQB, Close Quarter Battle).
Sea como fuere, el momento actual del subfusil es incierto y cada vez es menos probable que se concrete su venta. Hay muchos porqués e incluirlos en estas páginas no es nuestro objetivo. Sí lo es
hablarles de un recién llegado. Se trata del modelo MPX -¡¡¡otra vez MP!!, incidiendo en dos letras mundialmente conocidas- y llega de la mano de una compañía que es referente internacional en el
entorno de las armas de fuego, la suizo-germana SIG Sauer. El proyecto parece surgir de su filial estadounidense.
"El ronroneo de las dos turbinas no cesa. Percibimos pocas vibraciones y sólo ligeras sensaciones cuando hay un acusado cambio de rumbo o de altura. De pronto uno de los tripulantes da un aviso por el sistema de comunicaciones interior, a la vez que apunta con su ametralladora hacia un punto en la lejanía. La alerta incide en que el piloto varíe la altitud y se pegue más al suelo, casi rozando con nuestro tránsito las copas de los árboles. Nos dirigimos hacia un determinado lugar y hemos de hacerlo con la máxima seguridad y sin alertar de nuestra presencia allí a nadie. Una vez llegados a la zona programada, en lo que es de gran ayuda la capacidad del sistema de posicionamiento global de a bordo (GPS, Global Position System) y la identificación visual de elementos de las proximidades, captamos un breve mensaje radio. La "autentificación" del código recibido permite saber que los que recogeremos son quienes vamos a buscar. En un claro tomamos, levantando una gran polvareda a nuestro alrededor de forma que casi se disimula nuestra silueta. En pocos segundos, y por el portón de uno de los costados entran al interior media docena de hombres con sus rostros enmascarados y fuertemente armados. Los "comandos" que recogemos son la mitad de los componentes de un Equipo Operativo del Mando de Operaciones Especiales (MOE)
Muchos de nosotros recordamos la película "Top Gun" que nos trasladaba, de una forma visual especialmente atractiva, hasta el entorno donde se forjaban los mejores pilotos de la Marina de los
Estados Unidos (USN, United States Navy). Transcurría en la Base Naval de Miramar, próxima a San Diego en California. Hoy aquella actividad formativa ya no se realiza en ese lugar, pues en 1996 se
reubicó ese adiestramiento a la Base de Fallon en Nevada. Miramar es hoy una Estación Aeronaval del Cuerpo de Marines (USMC, United States Marine Corps), muy importante por la extensión del espacio,
los miles de efectivos allí destacados y los numerosos escuadrones aéreos que operan desde esas instalaciones.
Hemos estado visitando el lugar, pero lo que ahora les queremos presentar no es la Base en sí misma sino su museo, un espacio no especialmente grande en extensión pero si muy vistoso en lo que son
los medios aéreos que allí se encuentran para deleite de los visitantes. En pocos lugares del mundo, y he visitado muchos, he visto que se tenga en tan buen estado lo que se exhibe, lo que es una
delicia sobre todo a la hora de tomar imágenes.