“Boom, boom, boom,… Varios proyectiles, viajando a una velocidad inicial de mil cincuenta metros por segundo, parten de la boca de fuego del cañón que los ha disparado. Son de 35 milímetros y tipo AHEAD (Advanced Hit Efficiency And Destruction), por lo cual tras unos segundos de vuelo detonan automáticamente en un punto determinado de antemano. El efecto de las ciento cincuenta y dos submuniciones de tungsteno que cada uno libera al estallar generan una “barrera” que neutraliza la amenaza aérea que buscaban batir, un avión controlado a distancia equipado con sensores de vigilancia de última tecnología.

Mientras los servidores de las piezas que los han disparado, del tipo Oerlikon GDF-007, sitúan nuevos peines de siete municiones en los dos cargadores de cada montaje artillero bitubo, a pocos kilómetros se produce otra acción. La protagoniza una columna mecanizada que se mueve. A su frente avanzan unos motoristas y la misma incluye tanto blindados oruga M-113A1 como carros AMX-30EM1 modificados para dar movilidad al sistema de misiles antiaéreo “Roland”. Una vez alcanzan el punto pretendido, los primeros se quedan concentrados en un punto retrasado y dos de los segundos se alejan, en direcciones opuestas, unos cientos de metros. Mientras lo hacen la antena de su radar de detección bidimensional sigue girando, escudriñando el espacio aéreo adyacente por si detectan cualquier amenaza. Lo siguen haciendo hasta que se detienen cuando localizan un reactor moviéndose transversal a ellos y a distancia óptima de tiro. Uno de los operadores activa un botón y un misil tipo “Roland” sale raudo hacia el objetivo a una velocidad de unos 500 metros por segundo, activándose la espoleta de proximidad del mismo cuando, pasados diez segundos de su vuelo, se aproximaba al blanco que debía batir.

La eficiencia de ambas acciones de fuego es visualizada, en tiempo real, en el  Puesto de Mando que, en un entorno C2 y formado por los núcleos Sensores/FDC (Fire Director Center) y CIO/CPL (Centro de Información y Operaciones/Centro de Personal y Logística), acoge pantallas de presentación, avanzados sistemas de radio, medios de gestión,…, y al personal especialista que los maneja, todo ello bajo la supervisión de quien ejerce la labor de Mando en la misión asignada.”

Colombia, un país donde se mantiene una intensa lucha contra facciones guerrilleras de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que ha derivado en intensos enfrentamientos en los últimos años, es todo un referente en el campo de las Operaciones Especiales (OE’s). En sus Fuerzas Armadas, y en las policiales también, se mantienen organizadas diferentes unidades de élite que responden a necesidades concretas y están adaptadas para cubrir distintos cometidos. Dentro del Ejército, donde también hay varias de las anteriores, encontramos un núcleo que destaca del resto por la especial preparación de aquellos que lo integran y por su carácter, más acorde con la especialidad de OE’s que con otras que se le asemejan pero tienen un nivel distinto o inferior.

A ellos nos vamos a aproximar en estas páginas de SOLDIERS-Raids. Se les conoce como Brigada de Fuerzas Especiales y en los últimos años han cobrado una especial relevancia internacional entre organizaciones similares de su continente. Se han hecho con los puestos de cabeza en una competición auspiciada por los Estados Unidos y conocida como “Ejercicio Fuerzas Comando”, siendo los primeros en la que tuvo lugar entre los días 23 y 31 del pasado julio de 2014 en las instalaciones del Fuerte Militar de Tolemaida. En la última edición participaron representaciones de diecisiete países -incluidos Canadá Chile o Perú-, valorando la capacitación de los allí presentes a través de distintas pruebas de asalto, de operaciones combinadas o de tiro de precisión con rifles; también fueron los primeros en las ediciones de 2005, 2006, 2007, 2012 y 2013.

“That Others May Live”, o en una traducción rápida que otros puedan vivir, es el lema que define a quienes les vamos a presentar en estas páginas para conocer cual es el proceso formativo que les define y les habilita para realizar aquello de lo que son capaces.

Les explicaremos en este artículo de SOLDIERS-Raids buena parte del adiestramiento que caracteriza a los que se conoce como rescatadores de combate (PJs, Parerescuemen), colectivo especializado en operaciones clandestinas, y en muchos casos especialmente arriesgadas, organizadas para extraer de un entorno hostil y complejo a determinadas personas, tanto pilotos que puedan haber resultado abatidos tras las líneas enemigas como personal de diferentes unidades propias que haya podido quedar aislado en un momento dado y deba ser rescatado para llevarlo, sano y salvo, a la base propia. Deben saber usar técnicas de supervivencia para salvar a otros, tienen que apoyar al personal de Operaciones Especiales (OE’s) de la Fuerza Aérea (USAF, United States Air Force) en cometidos CSAR (Combat Search And Rescue), estarán cualificados para la obtención de Inteligencia, tendrán que saber usar armas y equipos especiales, y estarán entrenados para aplicar técnicas medicas a terceros en el campo de batalla.

Parece un cometido simple, pero no lo es. Es una tarea muy exigente en lo que a preparación física y psicológica se refiere y porque viene determinada por el conocimiento de una serie de técnicas muy complejas. Pertenecen al Mando de OE’s de la USAF, el (AFSOC) Air Force Special Operations Command que es uno de los pilares en los que se sustenta el Mando de OE’s de los Estados Unidos (USSOCOM, United States Special Operations Command).

 “El Mando de la Brigada de Intervención (Brigada de Intervenção, BrigInt), en el Centro de Entrenamiento de Puestos de Mando, realizó entre el 15 y 18 de septiembre la fase CPX (Command Post Exercise) del Ejercicio “Dragão 14”, que antecede a la fase CFX (Command Post field Exercise) a realizar del 7 al 16 de octubre en la región de Moimenta de Beira. El CPX tiene como finalidad validar y probar las actividades desarrolladas en la fase de planeamiento operacional, entrenar al Estado Mayor, promoviendo la integración de llos mobilizados y crear las condiciones de STARTEX (Start of Exercise) para la fase siguiente del Ejercicio. En esta fase del ejercicio participarán el Mando y Estado Mayor de la BrigInt, que conforma el principal elemento a entrenar, una estructura de dirección y de control del ejercicio (EXCON), células de respuesta de todas las unidades de la Estructura Operacional de la BrigInt y del BISTAR, con un total de ciento cincuenta militares distribuidos en Coimbra y por los regimientos donde se encuentran localizadas las unidades operacionales de la Brigada”.

Las líneas con las que iniciamos estas páginas de SOLDIERS-RAIDS son la traducción de una nota de Prensa que se publicó el pasado 19 de septiembre en los órganos web del Ejército de Portugal -www.exercito.pt- y nos hemos servido de ella como elemento inicial en lo que va a ser un amplio informe que pretende presentar al lector cuál es la realidad actual del Ejército de Tierra de nuestro país vecino, Portugal.

Hace poco más de un año se estrenó la película “Guerra Mundial Z” donde una pandemia zombi amenazaba a la humanidad. Las primeras imágenes de ese impactante film transcurrían en una urbe estadounidense, donde sus fuerzas policiales se enfrentaban, sin gran efectividad por cierto, a los miles de infectados que atacaban al resto de la población.

A ese Departamento de Policía en concreto le vamos a dedicar estas páginas que discurren en un entorno más profesional y nada fílmico. Nosotros, en SOLDIERS-Raids, apostamos por información contrastada, imágenes curiosas y una serie de datos que son relevantes de determinadas organizaciones y tareas, como es el caso que nos ocupa.

Les explicaremos lo que, a día de hoy, es el Philadelphia Police Department (PPD), una organización de seguridad que está considerada la más antigua de su país y que responde a las necesidades de una de las principales urbes de los Estados Unidos, un emplazamiento urbano, cuya fundación se remonta nada menos que a 1682, donde vive un millón y medio de de personas. Filadelfia, donde por ejemplo se encuentra la llamada “Campana de la Libertad”, está situada en la costa Este, justo a medio camino entre Washington D.C. y Nueva York.

Hace unos meses conocíamos la novedad que les presentamos en estas páginas. La mostraba, en el entorno de la feria estadounidenses “Shot Show”, la compañía estadounidense Crimson Trace Corporation (CTC), líder internacional en lo que a sistemas de iluminación y puntería láser se refiere.

El conjunto que les presentamos en estas páginas, que lleva ya unos meses siendo ofertado a través de distintos canales de venta internacionales, tiene un coste en origen próximo a los cuatrocientos dólares, lo que es un atractivo añadido para aquellos que por él se decanten. Se trata de un novedoso módulo que se presenta con el nombre de Rail Master Pro (RMP) -código del fabricante CMR-204- y que destaca por incluir un anclaje que permite fijarlo a diferentes tipos de armas: tanto las pistolas que incluyen un rail en la parte delantera inferior del armazón como aquellos rifles o fusiles de asaltos provistos con elementos estandarizados -M1913 Picatinny o Weaver- para poder fijar distintos tipos de complementos.

Con esa finalidad, la de poder acoplarlo a diferentes modelos -es un detalle siempre óptimo pues aumenta el nivel de satisfacción que un único producto puede transmitir a aquellos que por el se decidan-, el RMP de CTC es ya de por sí una solución interesante tanto para el espectro más profesional, en el que englobaríamos fuerzas del Orden Público y unidades militares, como para aquellos que requieren de un determinado modelo de arma para su autodefensa o para garantizar la seguridad de terceros.

Fue en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial cuando los aviones a reacción comenzaron a ser introducidos dentro del entorno militar. El éxito de algunos modelos, sobre todo desarrollos alemanes, propició que distintos países y empresas comenzasen a investigar en ese sentido, naciendo así la Aviación de Caza con reactores.

España, que no participo en aquel conflicto, estaba marginada internacionalmente y no poseía “activos” especialmente válidos en lo que a aviones de combate modernos se refería. Se iniciaron, con ayuda de técnicos germanos llegados después de 1945, diversas investigaciones en materiales, trabajos que, por ejemplo, derivaron en el fusil de asalto CETME. Otro resultado de aquella situación fue la de poner a punto un reactor enteramente nacional, que, además, contaba con cabina presurizada y que se convertiría en un éxito limitado de exportación al ser vendido en un número próximo al  centenar a Egipto, país que construyó bajo licencia la mayoría de los que empleó; incluso, los designados HA-200B que estaban armados con un cañón de 20 milímetros, participarían en la Guerra árabe-israelí de 1967.